El
texto de Jose Luis Pardo se centra en el plan universitario de
Bolonia, un plan que en vez de tener asignaturas tiene créditos.
Todo se ve cambiado cuando los titulados tienen indiferencia ala hora
de trabajar en un lugar o en otro, pasan fácilmente de un puesto de
trabajo a otro ya que les es indiferente en que puesto encontrarse.
Esto ocurría porque el interés estaba en la cantidad de dinero por
unidad de tiempo. Había nacido el conocimiento en general, sin
diferenciar los contenidos, imponiéndose por tanto la sociedad del
conocimiento.
La
investigación también llega ala universidades publicas donde el
conocimiento necesita dinero y las sociedades exigen que el estado
dedique una porción de este a las universidades, porque no pueden
abrirse camino si no es con una fuerza mayor, es decir, con el poder
publico.
La
sociedad se ve amenazada por su rigor, ya que la investigación
comienza a depender de la financiación. Por lo que adquiere
proyectos de investigación ligados a la demanda empresarial.
El
modelo financiero empresarial ya ha dominado las universidades
publicas, consiguiendo privatizar inscribiendo o retirando a los
alumnos de los proyectos.
Ademas,
no funcionan de igual manera las facultades de humanidades que las de
arte. Ya que no se opera con el mismo principio de rentabilidad
empresarial en una y en la otra.
Se ha visto como de muchas universidades han ido desapareciendo los despachos de literatura, exceptuando los rentables. En estas facultades depende de la financiación de los proyectos de investigación el que sigan ahí o no. El problema esta en que nadie arriesga su dinero en ellas porque no cumplen con el criterio de reparto de limosnas impuestas por la política con alarma siempre de los medios de comunicación.
Se ha visto como de muchas universidades han ido desapareciendo los despachos de literatura, exceptuando los rentables. En estas facultades depende de la financiación de los proyectos de investigación el que sigan ahí o no. El problema esta en que nadie arriesga su dinero en ellas porque no cumplen con el criterio de reparto de limosnas impuestas por la política con alarma siempre de los medios de comunicación.
Aún
mas complicado para la población inmigrante. Las universidades
españolas dicen que la integración social es la mayor potencialidad
oculta y su factor estelar de rentabilidad social.
Se
dice que antes no se investigaba ni se aprendía por interés ni por
algo concreto. Ahora, la financiación para proyectos de
investigación esta mas seleccionada, pero es mas concreta, sabiendo
lo que se estudia y se investiga con interés, ya no es cultura
general, sino simplemente cultura.
Hoy,
muchos de los estudiantes se ven atraídos por el mundo de la
industria y de la banca, oficios que antes ni se planteaban.
Las
universidades ha día de hoy no son libre ni tienen independencia,
dependen y dependerán de la economía.
Otro
obstáculo, la desaparición de becas. Ahora, un dinero prestado que
tienes que devolver con el fruto de lo hayas sembrado. Ahora se sabrá
el valor real de lo que cuesta estudiar y lo que cuesta no
equivocarse ni tirar la toalla. Bolonia lo trae a nuestras
universidades con los llamados créditos europeos, los nuevos
créditos que ya están girando alrededor de los nuevos grados. Unos
créditos que cuentas las horas efectivas de trabajo individual y en
grupo y hace que los profesores les encarcelen en sus tareas
continuadas día tras día.
En
las crisis del pasado, los agentes económicos querían cambiar
cuanto antes su dinero por cualquier otra mercancía como el
alimento, ahora, el dinero es lo único que vale, preferimos tener
ese dinero en nuestro poder. Con los negocios ocurre lo mismo, antes
tener un negocio bien aprendido era una ventaja, ahora las empresas a
pasar por todo tipo de fases, cambiando continuamente de empleo o
profesión o de hogar. Somos capaces de amoldarnos sea lo que sea,
con tal de tener lo que queremos.
La
calidad de la universidad y de la sociedad que esta ligada al
conocimiento se reduce debido a dudosos cursillos a los que acuden
profesores para aprender a enseñar lo que ya deberían saber como
enseñar. Entramos en un ciclo en el que unos trasmiten a otros los
errores sin antes corregirlos.
Y
todo ello para que acabemos reduciendo a tres años las carreras que
eran de cinco. Si te sirviese de algo lo entiendo, pero si la
solución de hacer una carrera de tres años es tener que luego hacer
un máster para completar tu formación no lo entiendo. Y los que
hicieron la de cinco tendrán que hacer un curso para convalidar su
titulo de cinco años con uno de tres.
Vueltas
y vueltas que no nos sirven para medir nuestro conocimiento, solo,
supuestamente para que aprendamos más a incorporarnos al mundo
laboral, con mayores pagos y menos ventajas. ¿Pero realmente tanto
cambio es mejor para nosotros?