Con
la lengua materna desarrollamos y aprendemos a pensar. La lengua la
heredamos al igual que la escritura y con ella nos insertamos en la
sociedad. Una sociedad que es vista según cada lengua, ya que esa
lengua que rodea nuestra mente nos tranquiliza cuando nos dirigimos a
caminos erróneos.
La
lengua matriz o singular de cada uno, es la que nos hace individuales
e únicos a cada uno de nosotros, es la que nos hace humanos y nos
dirige al bien, la justicia, la amistad, la verdad... Ligada No hay
una voz colectiva, sino que somos nosotros individualmente los que
nos expresamos acompañados de nuestras frustraciones y amenazas.
La
expresión que sale de nuestra boca forja la historia de nuestra
persona. Con esta expresión que esta guiada por la PEDAGOGÍA, somos
nosotros mismos los que construimos nuestra ciudad con las diferentes
expresiones que nos llevan a diferentes comportamientos, e infinidad
de posibilidades de actuar y de comunicarse. Cuando mas ideales sean
estas palabras-expresiones, mas nos acercaremos a alcanzar la figura
de la ciudad. Y con ello, junto a los elementos físicos, sostener y
hacer esa ciudad de todos con una comunicación e inteligencia
compartida y lógica.
No
nos tenemos que olvidar que la lengua, junto con la verdad, la
belleza etc son aspectos que están dentro de nosotros y por ello
pueden ser modificados y revisados.
La
libertad ligada a la cultura, ligada a nosotros, a nuestros actos y
palabras, significaba en la cultura griega “hombre libre”, en
oposión a esclavo. La libertad rompe la esclavitud para insertarse
en el mundo de los demás a través de la amistad , el amor y como
no, la posibilidad de descubrir la vida libremente por uno mismo,
eligiendo lo deseado.
Al
contrario que el esclavo, que carece de autodecisión ya que son
otros, los libres, los que deciden por el.
Los
esclavos alcanzaron su deseo de ser libres por su constante intuición
de esta realidad oculta por los libres.
A
su vez, ligado a la libertad y a la esclavitud aparece la ley. Esta
es la que encamina la libertad individual poniéndole barreras.
Siendo ella la que manda sobre todas las lenguas, los pensamientos y
actos. Por tanto, si la ley es la que manda, ¿somos realmente
libres?.
Nosotros
mismos buscamos esa libertad dentro de nosotros porque queremos
consolidar nuestra propia personalidad, sin depender totalmente de
leyes, pero sin las leyes, no llegaríamos a ser realmente ese hombre
perfecto, sino que seriamos el peor de todos.
Otra
forma de esclavitud es la libertad que nos encontramos hoy en día:
La libertad de expresión. Una libertad que no expresa de verdad
porque esta amordazada por el no saber; Un no saber que conlleva a la
mentira que nace de la falta de ideas, reflexión y olvido del
lenguaje existente, que es precisamente el que nos libera de la nueva
esclavitud.
Por
todo ello, se llega a la conclusión de que la libertad se aprende en
la escuela, ya que no hay otra forma de ejercitar la libertad que
enseñando y no dando cabida al no saber. Esta libertad se inserta
desde la infancia, desde la juventud, y la única manera es formando
la personalidad de cada uno por medio de la llamada PEDAGOGÍA.
Llegaremos con ella a una libertad en la que seamos capaces
libremente de pensar, querer, amar, interpretar, juzgar, oír,
hablar...
Una
libertad plena, que es conquistada por la educación.